Estimulación Temprana, Quito, Norte, a Domicilio

Terapias Psicológicas para niños, Quito

Orientación familiar, Quito, niños

Tienda de juguetes

juguetes didácticos para bebes, niños, Quito

Servicios de Estimulación Temprana a domicilio, Quito, Valles, Sangolquí, Centro, Condado, Pomasqui, Cumbaya, Tumbaco

Clases de estimulación para bebes, niños, Quito

Mitos sobre estimulación, bebes, niños, chiquitos y bebes

Juguetes, accesorios, ludicos, didácticos, materiales de estimulación, materiales didácticos

Animus Estimulación temprana a domicilio, Terapias psicológicas para niños adolecentes adultos, Orientación Familiar, Quito

¡Mami, estoy enojado!

  • 2021/06/10

Es fundamental para el ser humano desarrollar a temprana edad la capacidad para comunicarse y así adaptarse poco a poco a su medio ambiente. Las primeras señales de comunicación que muestran nuestros  niños son las expresiones emocionales (llanto, enojo, alegría, tristeza) mismas que se muestran difíciles de controlar al inicio de su aparición. A través del acompañamiento de los padres y cuidadores  se puede canalizar la presencia de estas nuevas expresiones.

Los niños conforme van participando en su medio más cercano (familia y amigos) manifiestan una serie de rasgos característicos en el modo de expresar sus emociones, al inicio responden con igual intensidad a todas. Mientras los niños van creciendo algunas de estas emociones se debilitan mientras que otras se fortalecen, esto permite en el niño desarrollar la capacidad de transmitir sus necesidades de acuerdo a la situación.

La ira o enojo es una respuesta natural que experimentamos desde niños ante eventos amenazantes, son sentimientos intensos que, por lo general suelen ser agresivos. Socialmente se han marcado leyes y normas que junto a nuestro sentido común nos limitan de cuán lejos podemos permitir que nos lleve nuestro enojo. La ira pasa por tres tipos de reacciones: expresarlo, reprimirlo y calmarnos. Lo más recomendable es permitir la expresión de cada sentimiento de enojo con firmeza pero sin agresividad.

Cuando tu hijo te diga “Estoy enojado” puedes responder; entiendo que estés así, cuéntame el motivo de tu enojo, que te gustaría hacer en este momento para calmarte.

Si se trata de un niño pequeño que no pueda responder estas preguntas, puedes acompañarlo en ese momento vigilando siempre que no se haga daño ni haga daño a nadie más y redirigir su atención, sacándolo afuera, saliendo a ver a la mascota, etc. esto ayudará a que se calme. No lo reprendas en ese momento ni intentes castigarlo, eso no le enseñara a calmarse, lo que hará es aumentar la ira.

 

Cuando los seres humanos experimentamos ira debemos saber cómo expresarlas y tener mucho cuidado de no incomodar ni hacer sentir mal a los demás con nuestra expresión.

 Por último, calmarnos significa haber aprendido a controlar mis respuesta externas (llanto, grito) para dar paso a una respuesta interna que nos permiten manejar la situación con serenidad y calma, este es un proceso que toma tiempo y se va dando de acuerdo a la edad y la maduración del niño. Si tienes un hijo menor de 3 años aun está aprendiendo a calmarse, está en etapa de ensayo y error, enséñale como serenarse, así que no esperes que lo haga por sí solo, ya que es normal por su nivel de maduración que no lo puede hacer y necesite del adulto para aprender.

 

 

Escrito por: Norma Pelagallo, Psicóloga Infantil, Instructora de Estimulación Temprana Animus, 0984608640

 

 

 

 

 

Fuente:

Gordillo, Fernando, Mestas, Lilia, Salvador, Judith, Pérez, Miguel Ángel, Arana, José M., & López, Rafael Manuel. (2015). Diferencias en el Reconocimiento de las Emociones en Niños de 6 a 11 Años. Acta de investigación psicológica5(1), 1846-1859. Recuperado en 22 de marzo de 2021, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S2007-48322015000101846&lng=es&tlng=es.

 

Asociación Americana de Psicología, 2021.

 

Top