Desde el nacimiento podemos notar que los bebés pasan con sus ojitos cerrados y progresivamente los van abriendo, es sin duda un proceso normal por el cual atraviesan y van conociendo el nuevo mundo que ahora los rodea. Sin embargo, el desarrollo de la visión se establece durante los 4 primeros años por lo que la falta de aporte de estímulos visuales trae consigo consecuencias nefastas.

Informarse sobre los  hitos dentro del desarrollo de la visión será crucial, para estar atentos cada mes y si mi bebé no cumple con alguno de los parámetros establecidos, poder solicitar una revisión con el pediatra y si es necesario acudir al especialista. Hay que tener claro que cada niño aprende y se desarrolla de manera diferente pero no debemos esperar mucho para atender alguna deficiencia visual. De los parámetros establecidos podemos esperar dos meses más para que mi bebé realice determinado hito, si pasa el tiempo y no ha logrado hacerlo, es necesario consultar con un profesional.

Es necesario que nuestros pequeños siempre estén en constante revisión oftalmológica antes de los 2 o 3 años para evitar anomalías visuales que pueden perjudicar a lo largo de la vida. El ojo vago pasa por desapercibido en la población infantil y causa pérdida de la visión por lo que los niños dejan de leer o se saltan palabras cuando ya aprenden a leer.

Otra de las alertas visuales muy notable en los niños suele ser la mala alineación ocular o también llamado “estrabismo” que afecta al 3-5% limitando su corrección cuando ya es adulto. Suele ir acompañado de cierta inclinación de su cabeza hacia un lado para lograr mirar los puntos concretos, guiña los ojos o se los frota habitualmente para compensar su mala visión.

Los problemas de visión se asocian al mal rendimiento del niño, la falta de atención y concentración que provoca tal limitación. En algunos casos las manchas blanquecinas en la zona de la pupila, el enrojecimiento de los ojos y los dolores de cabeza impiden el aprendizaje por lo que debemos estar muy atentos a cualquier anomalía visual tempranamente.

Escrito por: Norma Pelagallo, Psicóloga Infantil, Instructora de Estimulación Temprana Animus, 0984608640