Durante el primer año de vida nuestro pequeño hijo ha logrado controlar los movimientos gruesos y finos por lo que podrá desplazarse sin ayuda por toda la casa. Sin embargo, necesitará de nuestra ayuda para poder subir gradas, por lo que se recomienda apoyarlo mientras lo vaya perfeccionando más no impedirle su práctica subiéndolo a nuestros brazos de nuevo.

Ya que nuestro hijo pasa más tiempo en el piso vale emplear dentro de las rutinas tiempos para salir al parque, dar un paseo por toda la casa o quizás tomar una pelota y enseñarle a patear. Tener un balón en casa estimula alzar el pie, seguir al balón y patearlo, acciones motoras gruesas necesarias para que pueda subir inicialmente gradas.

El niño debe estar siempre  acompañado de un adulto durante este proceso ya que las caídas y los golpes no estarán exentos, siempre es necesaria la ayuda de algún adulto. Como padres  seguros y responsables del aprendizaje de los niños debemos motivar y transmitir seguridad, confianza y valor durante cada proceso. Los niños son muy receptivos por lo que pueden sentir nuestro miedo y temor.

Considerarlo pequeño a nuestro hijo a pesar de su edad madura (desde los 12-18 meses) retrasa la adquisición de este aprendizaje. Parte del crecimiento es experimentar dolor y golpes durante la práctica al subir gradas, pero es tan necesario los ensayos y errores que esta experiencia traen consigo al pequeño, se desarrollan reflejos de defensa que ayudan mucho para protección del mismo.

Recuerda que las gradas son uno de los lugares más peligrosos de casa, por eso tu bebé puede estar en este lugar únicamente acompañado. El resto del tiempo ten este lugar protegido con una puerta para que tu bebé no tenga acceso solo ya que podría caerse o rodarse.

Escrito por: Norma Pelagallo, Psicóloga Infantil, Instructora de Estimulación temprana Animus, 0984608640