Cuando la idea de ser padres se convierte en realidad sin duda se vive la mejor de las experiencias. Trae consigo un sinfín de responsabilidades, pero valen la pena porque al final del día todo se recompensa con un beso, un abrazo o una caricia cálida de nuestros hijos.

El llanto será nuestro medio de comunicación entre nuestro bebé y nosotros,  por lo que iremos aprendiendo a diferenciarlo poco a poco y en medida que compartamos tiempo con el pequeño. Cabe mencionar que cada uno de nuestros hijos es un mundo distinto por lo que debemos despojarnos de toda creencia, mitos y consejos que pudimos escuchar durante todo el embarazo. Hay que recalcar que la concepción de nuestro pequeño viene desde mucho antes de los 9 meses, es decir surge desde el preciso momento en el que ideamos ser padres junto con todas las circunstancias favorables o no que nos acompañen.

Con el llanto nuestro pequeño trata de transmitirnos sus necesidades: hambre, frío o calor, necesidad de juego, afecto o caricias, por lo que nuestro oído debe perfeccionarse. Al inicio es complicado distinguir su llanto, es decir cuando llora por hambre, por sueño, por el pañal sucio, por cercanía a mamá o papá, etc.

Los mitos de que nuestro bebé debe llorar para que sus pulmones se fortalezcan no tiene una premisa científica que valide esta idea que por generaciones la hemos escuchado. Nuestro pequeño cuando llora simplemente tiene una razón que la debemos suplir, no cuando el niño haya empezado el llanto sino mucho antes. Hay ciertos gestos que nuestros pequeños nos dan antes del llanto y pueden ser: frotarse sus ojos, manitas abiertas, giran la cabeza hacia los lados en busca de, dar patadas, etc. Con estos signos podemos precisar una respuesta positiva antes de que llore más no cuando el bebé se encuentre ya en el acto del llanto.

Cuando no podemos entender que quiere el bebé podemos entrar en angustia. Los pequeños sienten que  mamá esta angustiada y su llanto puede ser más fuerte, en este momento debemos solicitar ayuda, hasta lograr calmarnos y tomar aire para volver a la escena, situación en la que el llanto  ha ido menguando. Atender el llanto de nuestros hijos a tiempo crea en ellos el sentimiento de seguridad, de valor y confianza en sus progenitores. El niño crecerá comprendiendo que tiene a sus padres para que lo puedan ayudar con todas las experiencias nuevas para él, ahora que está fuera de la pancita de mamá. 

Ahora con todo esto no te agobies, el entender  el llanto de tu bebé toma tiempo, requiere paciencia y algo muy importante la OBSERVACION, date tiempo para mirar a tu bebé y ver su cuerpo, su mirada y cómo cambia cada vez que tiene hambre, cada vez que quiere estar en brazos de mamá. Esta observación te dará pautas para saber qué es lo que quiere tu bebé. A veces le atinaremos otras no, pero mientras pasan los meses te volverás experta. Si crees que la situación te desborda pide ayuda a los profesionales.

Escrito por: Norma Pelagallo, Psicóloga Infantil, Instructora de Estimulación Temprana Animus, 0984608640