La cotidianidad y los afanes de la vida en muchas ocasiones nos desvían de las prioridades y de lo vital que es la crianza de nuestros hijos. Etapas que muchas veces no las consideramos y situaciones que las desapercibimos negativamente cuando nuestros hijos expresan miedo.

A continuación, mencionaremos frases que influyen negativamente cuando experimentan miedo.

¡Hay ya vas! ¡Qué exagerado!

Omitir, negar o devaluar lo que está sintiendo el niño hace que, experimenten momentos frustrantes mismos que producen estrés y conductas aversivas (golpes, patadas y autolesiones).

¡Tienes que ser fuerte!

Socialmente y por generaciones se nos ha formado de tal forma que nuestros miedos no deben ser aceptados, sino que al contrario deben ser simplificados. Evitando que podamos ser empáticos y resilientes con las diferentes realidades de la vida.

¡No llores, no pasa nada!

Silenciar y callar al niño cuando expresa miedo no sólo minimiza sus emociones naturales, sino que enseña a que no importan, no son valederos y que no tienen importancia.

¡Los hombres no tienen miedo!

Esta frase por generaciones ha ido negando la posibilidad de expresar lo que realmente sienten los niños, considerando que por ser varones no deben experimentar miedo. 

Todos en algún momento podemos sentirnos frágiles, débiles y recurrir a las personas más cercanas para que puedan darnos una respuesta clara y tranquilizadora. Como padres debemos procurar estabilizar las emociones de nuestros pequeños, no avergonzándolos sino más bien comprendiendo lo que sienten. Dándoles la oportunidad de que las sientan, las vivan y las expresen de forma sana, sabiendo que no están solos ni en peligro, nosotros como padres estamos ahí para apoyarlos y contenerlos. No te olvides que el miedo es natural y pasajero.

Muchas de estas frase las hemos escuchado por muchos años y a veces nos salen de forma natural, date el tiempo para ir cambiando.¡Si se puede¡

Escrito por: Norma Pelagallo, Psicóloga Infantil, Instructora de Estimulación Temprana Animus, 0984608640