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La pandemia llegó al Ecuador y lo cambió todo, modificó nuestras vidas y nuestra normalidad. A su vez varios casos de corrupción salieron a la luz, lo cual hizo que los ecuatorianos sintiéramos indignación, tristeza e incluso ira. En un país con tantas necesidades indigna saber que unos poco utilizaron recursos con egoísmo y poca honestidad.
Yo me pregunto el porqué de esta situación y he llegado a pensar que desde que somos niños convivimos con la mentira y el egoísmo. En pequeños actos que parecerían inocentes, como culpar a nuestro hermano por algo que nosotros hicimos, coger un esfero que no me pertenece, tomar una moneda de la billetera de papá sin pedirlo etc.
Son pequeñas dosis de mentira y egoísmo, las cuáles las hacemos desde la ignorancia a veces no encontramos un adulto que las corrija, sino que muchas veces son ellos los que promueven estas conductas. Los adultos contribuyen con sus actos a alimentar la ignorancia de los pequeños. Cuántas veces nuestros hijos son testigos de nuestras mentiras, tal vez son muchas y las hacemos sin darnos cuenta del impacto que generan.
Siendo así es momento de pasar de la indignación e ira a realizar una profunda reflexión, respondiendo la siguiente pregunta: ¿Cómo puedo contribuir a que no vuelvan a pasar esto actos de corrupción? Pues tendremos que estar más pendientes de lo que sucede en nuestra casa, promuevo la libertad y la verdad o por el contrario contribuyo con la mentira y el engaño.
El tiempo para generar cambios es hoy, dejémonos de lamentar y empecemos a generar empatía, compasión y honestidad en nuestra familia. Tener dinero no es malo lo que está mal es usarlo con egoísmo y mentira.
¡La corrupción se extinguirá en nuestro país el día que se vaya primero de nuestros hogares!
Escrito por: Sandra Reyes, Psicóloga Clínica, Directora Animus Estimulación Temprana, 0984608640