El concepto de muerte es un tema abstracto y muy complejo de abordarlo, dependerá de muchos factores: como la edad, la educación, los aspectos emocionales y las creencias religiosas que posea la persona. La evidencia literaria señala que  los niños pequeños ni siquiera entienden  lo que significa la muerte, es difícil para ellos comprender que las personas no regresarán.

Los niños entre los 3 o 4 años muestran una ignorancia relativa del significado de la muerte y pues no logran considerar el término “muerte” como algo definitivo. Se suele confundir muchas veces la muerte con el dormir. Entre los 4 y 7 años, la muerte sigue siendo un hecho temporal y reversible.  En realidad, antes de los cincos años no se llega a entender los tres componentes básicos de la muerte.Aproximadamente antes de los 7 años es muy escasa la tendencia al llanto, lo que suele haber, sobre todo es perplejidad y confusión. Los niños preguntan reiteradamente en su inocencia por la persona que falleció: cuestionan dónde está y cuándo volverá. Por otro lado, hay niños que afrontan la muerte como si no les preocupara, muestran episodios de llanto y en cuestión de horas pasan al juego sin problemas. 

Es un hecho que los niños experimentan el dolor de manera diferente a los adultos. Al inicio suelen sentirse enojados con la persona que falleció (o con alguien más), pero a medida que los niños van creciendo pueden comenzar a entender más con la ayuda de sus padres o cuidadores.

Es muy probable que nos encontremos muy afectados y nos cueste mucho  lidiar con nuestras propias emociones. Busquemos ayuda psicológica para no proyectar nuestro dolor en los más chicos de casa.

Es

Escrito por: Norma Pelagallo, Psicóloga Infantil, Instructora de Estimulación Temprana Animus, 0984608640

Fuente:

Amalio Ordoñez Gallego y Mª Antonia Lacasta Reverte. Servicio de Oncología Médica. Psicóloga Clínica. Hospital Universitario La Paz. Madrid