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Parámetros de la Motricidad Gruesa del bebé

  • 2022/04/18

Los primeros años de vida resultan de gran importancia para un adecuado desarrollo motor y para la adquisición de habilidades motrices nuevas. Conforme el niño crece  y se desarrolla intervienen un sin número de factores como: el genético, nutricional, emocional, social y cultural que, en forma dinámica y continua afectan al ser humano desde su nacimiento hasta su madurez.

Entre el 1 año hasta los 3 años el cuerpo infantil pierde su apariencia anterior y cambia en tamaño, forma y proporciones, cambiando así su desarrollo cerebral que lleva a la capacidad de un aprendizaje más perfeccionado complejo y a un refinamiento de las habilidades motoras gruesas y finas. (Lira & Rodríguez, 1981).

A continuación revisaremos los cambios posturales por los que atraviesan los niños:

A los 3-6 meses levanta y mueve la cabeza cuando está boca abajo, gira desde la posición de boca arriba a la posición de lado y viceversa.

A los 6-9 meses se mantiene sentado sin apoyo, se arrastra por el suelo, se sostiene de pie con apoyo.

A los 9-12 meses se sienta y se levanta con apoyo, gatea y da sus primeros pasos con ayuda.

 

Signos de alarma: si al finalizar el año, todavía no se mantiene sentado sin apoyo,  no es capaz de sujetar objetos con las dos manos, no sonríe a las personas conocidas, no se interesa por lo que le rodea, no emite ningún sonido para atraer la atención, nunca llora ni protesta ante la ausencia de personas muy cercanas y familiares.

A los 12-18 meses se pone de pie y da pasos sin apoyo, hace rodar una pelota, imitando al adulto y reconoce partes de su cuerpo (cabeza, manos, pies).

A los 18-24 meses reconoce algunas partes del cuerpo (ojos, nariz, boca...), dobla la cintura para recoger objetos sin caerse.

Signos de alarma: No anda solo, no señala las principales partes del cuerpo, nunca se acerca ni muestra interés por jugar con otros niños, no reconoce distintos espacios muy familiares (cocina, baño, dormitorio, etc.), no imita acciones ni sonidos conocidos, no responde a su nombre.

 

A los 24-30 meses salta con ambos pies, lanza la pelota con las manos y los pies, se quita los zapatos y pantalones desabrochados.

A los 30-36 meses realiza actividades de enroscar, encajar y enhebrar, es capaz de correr y salta con cierto control, pide ir al baño cuando lo necesita, identifica algunos conceptos espaciales (aquí, dentro, encima, debajo, lejos...) y temporales (de día-de noche).

No olvidemos que cada niño crece y se desarrolla de una manera única y diferente a  la de los demás.

 

 

Fuente:

El niño de 0 a 3 años. Guía de Atención Temprana para Padres y Educadores. Marian Garrido Eguizábal, Ana Rodríguez Ruiz, Reyes Rodríguez Ruiz, Anselmo Sánchez Rodríguez, 2008

 

Escrito por: Norma Pelagallo, Psicóloga Infantil, Instrucotora de Estimulación Tempranana Animus, 0984608640

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